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Por primera vez una mujer asume el cargo en EEUU

Una feminista, Nancy Pelosi, Presidenta de la Cámara Baja del Senado

Será la segunda en la línea de sucesion presidencial tras Bush y Cheney

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Transcribimos aquí una pequeña crónica de la agencia CIMAC y la crónica que ha publicado Enrique Rubio de la Agencia EFE... podrá quedar en los anales de la historia para el análisis de cómo los medios de comunicación tratan a las mujeres que logran asumir posiciones de poder.

Pelosi será la primera mujer en la historia del país que presidirá la Cámara Baja. Y, como líder, o "speaker", de la Cámara, tal y como estipula la Constitución será la segunda en la línea de sucesión presidencial, por detrás sólo del vicepresidente Dick Cheney.


Por Leticia Puente Beresford/corresponsal de CIMAC

Por primera vez en la historia de Estados Unidos, una mujer que se autodenomina "feminista", Nancy Pelosi, ocupará el cargo de vocera de la Casa Blanca, tercer puesto en importancia después del presidente y el vicepresidente, gracias al triunfo demócrata.

Todos los medios de comunicación mencionan el nombramiento, que ya se anunciaba, pero se hizo oficial ayer. El beneplácito de las mujeres es más latente aún: en las páginas de Internet de Ms. Magazine y Feminist Mayority Foundation la destacan. Incluso dan a conocer que la presencia de las mujeres en el Congreso es de 76 hasta el momento y 14 en el Senado.

Desde 1992, "Año de la mujer", lograron un incremento en la presencia femenina de 32 a 54 espacios, y ayer en el proceso electoral alcanzaron más lugares y su presencia es fundamental.

Pelosi, nacida en San Francisco y madre de cinco hijos, inició su carrera en el Distrito 8 de San Francisco, California en 1987. Postula una nueva dirección para América, el avance de los derechos ciudadanos, una nación segura y de estabilidad económica, con acceso a la salud y un retiro digno de la clase trabajadora. En suma, un país de familias prósperas, seguras y de comunidades vibrantes.

La nueva presidenta del Senado, casada con Paul Pelosi, proviene de una familia de servicio público. Su carrera política es ampliamente reconocida en el Partido Demócrata, donde ya fue líder de la bancada en 2002.

Por otra parte, los demócratas sólo esperan el resultado del proceso electoral para senadores, para confirmar si se llevaron el carro completo. En la casa Blanca ya llevan la batuta, sólo resta esperar los resultados en el transcurso del día.

La crónica de la Agencia Española EFE... puede convertirse en todo un ejemplo para el análisis de los medios de comunicación hacen de las mujeres que llegan a posiciones de poder. (Comentario de Mujeres en Red ;-)

- Una fiera política

Enrique Rubio - EFE

La que será nueva presidenta de la Cámara se lo ha ganado a pulso es una fiera política temida y admirada a partes iguales que impone una disciplina férrea entre los suyos con la más cariñosa de las sonrisas.

Es más que probable que Pelosi, de 66 años, llevase escrito su destino en los genes.

Criada en una familia de larga tradición política, el padre de Pelosi fue alcalde de Baltimore (Maryland) y su madre, una activa feminista que se dedicó en cuerpo y alma a su familia.

Cuando Pelosi tenía sólo siete años, aprendió a atender las llamadas de teléfono que se recibían en su casa y a explicar a la gente cómo conseguir una cama de hospital o adónde llamar para abrir un negocio.

Profundamente identificada con los postulados demócratas -"no tenemos nada de lo que avergonzarnos", dice- la legisladora no dio el salto a la política activa hasta los 47 años, cuando el más joven de sus cinco hijos acabó la educación secundaria.

"Madre, haz tu vida", le respondieron a Pelosi sus hijos cuando les consultó sobre la conveniencia o no de dedicarse a la política a tiempo completo.

- Escalando posiciones

Y su vida a partir de entonces fue escalar posiciones dentro de su partido, en el que es vista como una mujer de profundas convicciones, moral inquebrantable y, sobre todo, de armas tomar.

En 1987, fue elegida congresista por el distrito de San Francisco (California), adonde se trasladó después de casarse, y desde entonces no ha dejado escapar un escaño con el que los demócratas cuentan de antemano antes de cualquier elección.

Quince años después, tras el descalabro electoral demócrata en las legislativas, el veterano político Dick Gephardt se retiró como líder de la minoría en la Cámara Baja y cedió el paso a Pelosi, que obtuvo un amplio respaldo por parte de sus correligionarios pero no exento de cierta polémica.

- Viraje a la izquierda

El desembarco de Pelosi al frente de la nave demócrata fue interpretado como un viraje hacia el ala izquierda del partido, que pretendía acabar con la docilidad que desde los atentados del 11 de septiembre del 2001 en EU había mostrado hacia el presidente George W. Bush.

Desde su nuevo cargo, la batalladora congresista ha impuesto la consigna del "prietas las filas" en un partido que se percibe por el público como muy dividido en asuntos claves como la guerra de Irak o la inmigración.

Con una sonrisa perenne en su cara -que algunos críticos achacan a sus múltiples cirugías estéticas más que a su buen carácter-, a Pelosi no le han dolido prendas para enfrentarse con los legisladores demócratas más díscolos y reconvenirles para lavar los trapos sucios en privado.

Un antiguo colaborador suyo explicó a Efe que, dentro del entorno político, en el que abunda la cháchara y las conversaciones vacías, Pelosi es conocida por ir directamente al grano cuando se dirige a su interlocutor.

- Generosidad

En su carrera política y en su palpable generosidad -es la primera en mandar flores a sus compañeros cuando sus cónyuges enferman- ha tenido mucho que ver su marido, Paul Pelosi, un rico inversor que ha puesto su fortuna al servicio de las aspiraciones de su mujer.

No en vano, ella ha bromeado en más de una ocasión sobre la solvencia económica de su marido tras una buena comilona con la frase "doy gracias al cielo por Paul Pelosi".

La fortuna de la familia se calcula en unos 25 millones de dólares, que provienen en su mayor parte de los negocios inmobiliarios del matrimonio y que a buen seguro la ayudarán en su objetivo de convertirse en la próxima presidenta de la Cámara Baja, uno de sus sueños confesos desde que entró en el Capitolio.

Desde su nuevo puesto, Pelosi podrá dedicarse a sus ocupaciones favoritas: criticar con fiereza a Bush, imponer orden entre los parlamentarios y articular una agenda claramente demócrata.

Y cerrar el día, como hace siempre aunque su peso no lo denote, con una buena ración de chocolate antes de irse a la cama.



2006-11


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