Soledad se encuentra en el punto de tener que enfrentar la espantosa realidad: su esposo le contagió de VHI SIDA. De nada sirven los otrora consejos de su madre, conservadora y mojigata, preocupada por inculcarle como destino el matrimonio y como fin la entrega absoluta a los demás. Poco ayuda en estos momentos haber sido fiel a Carlos por tantos años. Ella sabe que no estará ahí para disfrutar las alegrías de  su hija  Mireya cuando se convierta en mujer y que su hijo Carlos deberá enfrentar la muerte de su madre demasiado pronto. Soledad no puede aplazar más la necesidad de encararse consigo misma, despejar dudas, deseos y contradicciones ya insostenibles para situarse en su propia geografía, en sus provincias del alma.

Así, iremos descubriendo todo sobre Soledad y sobre el mundo que la rodea, el de un Cancún clasista, donde la discriminación, la apariencia y la doble moral lo permean todo. Un universo que no es otro que el de toda una generación joven que tendrá que aprender a convivir con un enemigo cercano: el SIDA.

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Con audacia, agudeza y realismo, la novela de Lydia Cacho da cuenta de la corrupción e ineficiencia que permea el sistema de salud pública en México, narra la ceguera oficial ante los males sociales en los polos turísticos de México y centra su enfoque en los males heredados de culturas ancestrales: el machismo, la doble moral y la discriminación.

La primera novela escrita en México que aborda el tema de el Sida en las parejas mexicanas, sin concesiones. Una visión conmovedora y realista, con un inevitable toque periodístico, que explora la sexualidad de las mujeres mexicanas y su relación con la Pandemia del Siglo.

LO QUE HAN COMENTADO DEL LIBRO...

Por Eduardo Suárez
columnista de cultura del periódico Voz del Caribe/Reforma.

Una novela es un universo; es suficiente en sí misma y una vez escrita no necesita del autor o autora para justificarse. Como obra terminada, no depende para sostenerse ni de la realidad. Sin embargo, y esto es una extraña paradoja, en esta soledad no puede existir: sólo la lectura le dará vida. Y una vez viva, las y los lectores indagarán sobre la relación que existe entre este universo autosuficiente y su universo, en el que viven todos los días. Se preguntarán, ¿es esto un espejo, una lente o un cincel?

Si el tema de una novela es el SIDA, el asunto tomará un cariz muy especial: tratará, necesariamente, de la discriminación que sufren las personas infectadas por el VIH; de lo costosas que son las medicinas, en especial los retrovirales; de la deshumanización de los hospitales y de los servicios estatales de salud. Pero si se ocupa de todo esto a través del particular punto de vista de una mujer, una mujer que escribe, entonces tendremos una novela comprometida.

Lydia Cacho -escritora, periodista, quintanarroense desde 1986 y directora de la revista Esta Boca es Mía: Apuntes de Política, Sociedad y Género- ha escrito una novela así. Las Provincias del Alma, su primera obra de ficción de largo aliento, es de una edición muy cuidada. En ella, son dignos de mención el prólogo de la senadora Aracely Escalante Jasso, Presidenta de la Comisión de Equidad y Género del Senado de la República, y los apoyos del Instituto Poblano de la Mujer y de Documentación y Estudios de Mujeres (DEMAC), que refuerzan este sentido de responsabilidad.

Una novela escrita desde la primera persona -en donde la palabra yo busca una voz, la de la mujer que cuestiona y se cuestiona sin cortapisas- Las Provincias del Alma es una obra comprometida con la búsqueda del sentido que tiene y que puede tener la vida, con la firme amistad entre iguales, con el cuestionamiento serio acerca de la fidelidad y la doble moral, y, especialmente, con la presencia de mujeres fuertes que buscan y encuentran su propio sitio, en cualquier momento.

Es también una novela que señala el desconcierto de los hombres ante la presencia de estas mujeres. El desasosiego existencial masculino -basado en la falta de comunicación afectiva entre ellos, además de su desconexión con el mundo familiar, habitado por mujeres y por niños y niñas- queda al descubierto cuando se percatan que ellas se han unido para buscar y encontrar el sentido, ese que quizá ellos ya han dado por perdido.

Esta obra es, entonces, no sólo un espejo para reflejarse, además es una lente que nos acerca a la vida y, sobre todo, un cincel que nos puede ser muy útil para modelar una nueva forma de ser hombres y ser mujeres. La novela Las Provincias del Alma, de la escritora cancunense Lydia Cacho, cuya primera edición se ha agotado y ya entró a prensa el segundo tiraje, es un texto imprescindible, escrito verdaderamente con perspectiva de género.