VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
 Tolerancia cero con la violencia de género 

25 de noviembre
día internacional contra la violencia hacia la mujer

Campaña: 16 días de activismo contra la violencia de género
Del 25 de novimebre al 10 de diciembre 

MUJERES EN RED - VIOLENCIA es un portal de información y lucha contra la violencia hacia la mujer creado por Mujeres en Red

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 


 
    información
 

Los gobiernos centroamericanos tienen una 
limitada visión sobre violencia de género
 Incipiente, la búsqueda de vínculos entre mujeres y criminalidad

Por Sara Lovera, enviada

Managua AGOS 30, 2002 (CIMAC).- El movimiento de las mujeres, los gobiernos y las recomendaciones internacionales abandonaron la lucha contra la violencia hacia las mujeres, esa específica, por el sólo hecho de tener sexo femenino. A cambio, todas las acciones de los últimos años se han dirigido a mitigar la violencia intrafamiliar.

Se perdió  el espíritu de la convención Belem do Pará, instrumento que obliga a todos los países firmantes a cumplir y trabajar por la erradicación de la violencia hacia las mujeres,  afirmó aquí Ana Carcedo, del colectivo Cofemina y de la Red de Mujeres contra la Violencia de Costa Rica.

Carcedo habló en el panel sobre políticas de seguridad ciudadana en la Conferencia centroamericana y del Caribe: Reducción de la pobreza, gobernabilidad democrática y equidad de género, se realiza en esta capital y que terminará hoy. Se presentó ante un
auditorio preparado para conocer la nueva propuesta de seguridad ciudadana que se contrapone a la idea tradicional de la seguridad nacional.

La activista reconoció que en la última década se avanzó mucho: se hicieron leyes, espacios de denuncia (comisarías o agencias del ministerio público especializadas), mesas de trámite,  mucha difusión, pero siempre apuntando a la violencia dentro de la casa, donde hay otras víctimas: personas ancianas, discapacitadas o menores de edad.

Mientras tanto, se olvidaba la violencia específica contra las mujeres esa que se ejerce contra ellas, como el feminicidio en Ciudad Juárez o las violaciones a mujeres de cualquier edad, en cualquier lugar y contexto socioeconómico.

Cuando se trata de legislar contra esta violencia específica o desarrollar programas concretos  se presenta una gigantesca oposición de parte de legisladores, políticos y en general de quienes deciden y ejecutan las políticas públicas. El argumento más socorrido es que las mujeres también son violentas.

Ana Carcedo parecía sola. En el estrado estaban dos policías, uno salvadoreño y otro nicargüense. A la extrema derecha de la mesa el coronel alemán Wolf  Poulet, asesor de la cooperación internacional alemana (GTZ por sus siglas en alemán) y ex miembro de  la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y en la sala, unas 200 mujeres policías de Nicaragua.

"No nos engañemos. Esta sistemática desviación de la atención hacia otras formas de violencia en las que las mujeres no somos blanco, sino victimarias, no es casual. Es una medida de lo legitimada que está en nuestras sociedades la violencia contra mujeres, y de la subsecuente resistencia para erradicarla", aseveró.

En el otro extremo de la mesa, la abogada feminista Giulia Tamayo advirtió: "Vivimos una etapa de banalización de la desigualdad entre hombres y mujeres".

La también integrante de la directiva de Amnistía Internacional, explicó que esa banalización se fomenta mediante la televisión y busca generar en los amplios públicos el apoyo para otras agendas de fermento reaccionario y conservador: por ejemplo las tendencias a solicitar la pena de muerte, después de un ligero y desvergonzado "reality show".

La peruana reconoció que hay desviaciones fuertes respecto de lo que construyeron las mujeres en las últimas décadas frente a la violencia, pero que es necesario abordar el fenómeno con nuevas estrategias y recuperar espacios.

Tamayo habló de seguridad ciudadana. Consideró que es urgente desterrar del
contexto latinoamericano la profunda desconfianza producto de la tradición represora de los cuerpos policiacos y militares, para construir con otra perspectiva la seguridad ciudadana que el estado debe garantizar a toda persona, sobre el respeto a la dignidad, los derechos humanos y la libertad.

De otro modo no podrá combatirse la violencia hacia las mujeres, ni el feminicidio, porque los cuerpos policiacos todavía no la persiguen. Se trata, dijo, de crear con imaginación políticas contra la impunidad.

CRIMINALIDAD Y GÉNERO

En su turno el secretario general de la Policía Civil de El Salvador, Augusto Cotto, de más de 35 años planteó cómo se introdujo el concepto de género en las policías civiles y cómo, aseguró,  este concepto ayudará a bajar la criminalidad.

Consideró que la desigualdad entre hombres y mujeres ha sido una limitante para que la seguridad pública y los investigadores se percaten de los efectos de la socialización de ambos sexos en la actividad delictiva.

Y aunque habló de buena fe, como dirían las personas del auditorio, algunas de sus conclusiones son que el enfoque de género pemitirá desglosar por sexo las estadísticas de la criminalidad, conocer mejor las causas que llevan a delinquir a hombres y mujeres, y eliminar estereotipos.

Por ejemplo, indicó, "el análisis del delito termine únicamente afirmando que la criminalidad es masculina sin que se haya realizado un esfuerzo en la profundización del fenómeno", aún cuando ellas también son criminales.

Actualmente, la introducción del enfoque de género a las tareas de la policía civil se 
reivindica en la región centroamericana. Según las estadísticas de El Salvador, Honduras, Nicaragua, México y otros países, en las cárceles hay entre un 90 y 95 por ciento de varones y sólo cinco por ciento de mujeres.

Al respecto, Caracedo comentó que esas estadísticas, aún imperfectas, hablan por si solas de la preocupación de Cotto al insistir en que se retome el asunto de la violencia específica.

Algunos estudios criminales indican que la mayoría de las mujeres que delinquen en la región son las que transportan drogas, conocidas en México como burreras.  Este, uno de los fenómenos más amplios del crimen organizado, no se discutió en esta conferencia.

En la sala de prensa de la Conferencia, Marina, una de las policías que están por todas partes,  comenta: "cada día somos mas mujeres policías, eso es un adelanto", y agrega, "lo que no sabemos es cómo vamos a meternos en la vida privada de las familias cuando un esposo le pega a su mujer. No podemos".

Marina asistió a uno de los 30 talleres de género que se desarrollan en Nicaragua desde hace dos años.
 
 

 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

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