Marta del Moral Vargas
Este artículo analiza cómo en un proceso paralelo a la admisión de las primeras mujeres en los partidos políticos y en ciertos cargos de representación local, se construyó una noción dicotómica de los asuntos a gestionar desde el poder. En este ámbito, reservado a los varones, se justificó la intervención femenina como extensión social de su rol de género. En ciertos casos fue el primer paso para reivindicar el derecho a participar en la gestión de la cosa pública. Sin embargo, estas experiencias contrastan con las actitudes que reforzaron la idea de reproducir una duplicidad de esferas dentro de la política.
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