Nueva York, Junio 2000
Documento elaborado por Mujeres Acción 2000 - ALC y endosado por las cien organizaciones presentes en el foro de la Articulación Regional de Mujeres «Algo Más que palabras», 7 febrero 2000.
Mujeres y medios- de la Plataforma de Beijing
Cinco años después de la Conferencia Mundial de la Mujer: Acciones para la Igualdad, la Paz y el Desarrollo (Beijing 95), la pertinencia y la urgencia de colocar en la agenda de las Naciones Unidas, y del conjunto de la sociedad, la problemática de la comunicaci ón, es más notoria que nunca pues, por un lado, el propio proceso de globalización se hace posible a través del desarrollo de la más monumental infraestructura comunicacional de la historia y, por otro lado, el conjunto de interacciones sociales, culturales, políticas y económicas están definidas a través de la influencia que ejercen los medios de comunicación a escala planetaria.
En ese contexto, la revisión Beijing + 5 del Capitulo J. de la Plataforma de Acción de Beijing implica una reubicación y priorización de la problemática, que permita abarcar el impacto de los actuales procesos comunicacionales hacia el conjunto de mujeres, tanto como sujetos de opinión pública, como productoras de interacciones comunicacionales y como ciudadanas demandantes de una mayor participación en todas las esferas del quehacer humano. Máxime si el acceso a la información y al conocimiento constituye un elemento estratégico definitorio de las interacciones individuales y colectivas en el momento actual.
No obstante, la participación de las mujeres en los procesos comunicacionales está marcada por las diferencias geo-económicas, locales y globales; las brechas estructurales entre los géneros; la discriminación étnica, y los cruces posibles entre estos y otros elementos. Así, a inicios del siglo XXI, una de las expresiones más notorias de esta situación sigue siendo el débil posicionamiento de las mujeres en el ámbito de las tecnologías estratégicas y en las esferas de poder y toma de decisiones.
Aun así, a cinco años de la Conferencia Mundial de Beijing, las mujeres hemos cumplido con todas las exhortaciones de la PAB dirigidas a la sociedad civil: hemos impulsado avances para la igualdad al interior de los medios de comunicación; hemos creado y fortalecido medios y mecanismos de comunicación propios; hemos creado redes que facilitan la interacción ciudadana; hemos impulsado el acceso de nuestros movimientos a las nuevas tecnologías de la comunicación.
Las mujeres, involucradas en el desarrollo de avances civilizatorios, hemos avanzado, adem ás, en el reconocimiento del derecho a la comunicación como un requisito indispensable para la construcción de una nueva ciudadanía global, colectiva e individual, y proponemos la vigencia de este derecho relacionándolo a la posibilidad de construir, en igualdad de condiciones, interacciones ciudadanas a diversos niveles, con la posibilidad de ejercer opciones indivi151 duales y colectivas, con la aspiración de contribuir a la vigencia democrática.
Sin embargo, para que el acceso masivo de las mujeres a los bienes comunicacionales se haga posible, es indispensable un compromiso real de todas las instituciones y componentes de las estructuras comunicacionales: privadas y públicas, transnacionales y locales, masivas y alternativas, entre otras.
Así, reiterando el espíritu de las aspiraciones colectivas que se expresan en el Capitulo J de la Plataforma de Acción de Beijing (ONU/95) y de la Declaración de Toronto (Unesco/95), proponemos que la CEPAL recoja y encamine hacia la instancia mundial los siguientes aspectos prioritarios:
Nuestra aspiración de incluir el derecho de las mujeres a la comunicación como un aspecto prioritario en la Agenda de las Naciones Unidas para el Siglo XXI, como una contribución a la apuesta, presente y futura, de construir democracias basadas en el pluralismo y en culturas de paz
La importancia de comprometerse con el impulso a la democratización de los medios y sistemas de comunicación con enfoque de género, recordando que éstos no son simples recursos técnicos asépticos y comerciales sino que cumplen, o deben cumplir, un rol social encaminado a buscar el beneficio de la humanidad en su conjunto.
La necesidad de profundizar en la formulación de marcos éticos globales, basados en la igualdad entre los géneros, que se expresen en el conjunto de productos comunicacionales, en la programación y en las representaciones mediáticas.
Que la ONU promueva la creación de mecanismos permanentes de vigilancia de las representaciones de las mujeres en los medios y sistemas de comunicación. La urgencia de comprometer recursos y desplegar programas para incrementar el acceso de las mujeres a los bienes comunicacionales y al conocimiento, especialmente a las nuevas tecnologías de la comunicación.
Incitamos a que la ONU convoque a una Conferencia Mundial sobre Comunicación, en cuyo marco la Comunidad de Naciones, los medios y sistemas de comunicación y la sociedad civil, tengan la oportunidad de afinar el marco ético para su acción global, los enfoques de democracia para las prácticas, y su función social.
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