30 de septiembre a las 20.00h.
Residencia de Estudiantes
c/Pinar, 23. Madrid
ENTREVISTA A CARMEN ALBORCH PUBLICADA POR EL DIARIO EL MUNDO
Ex ministra de cultura, valenciana, 56 años, sorprendió al mercado literario (y a ella misma) vendiendo 400.000 ejemplares de su primera obra, Solas, a los que luego ha sumado 100.000 de Malas. Su tercera entrega, Libres, son nueve retratos de mujeres a las que considera modelos de libertad: Marina Silva, Alice Walker, Rita Levi-Montalcini, Shirin Ebadi...
PREGUNTA.- ¿Por qué nueve y por qué estas nueve?
RESPUESTA. - No es que sea un número mágico... Cuando comencé a hacer el listado tenía muchísimas que realmente me interesaban y quería dar a conocer. El libro es una manera de divulgar, de popularizar a algunas mujeres que a veces son muy importantes pero sólo son conocidas en ámbitos muy reducidos. Hice la selección a veces llevada por la convicción pero también por el azar...Quería que hubiera una especie de mosaico geográfico...
P. - No hay ninguna española...
R. -Entre las más de 70 candidatas iniciales claro que había.En España hay mujeres espléndidas y podría citar de diferentes generaciones y ámbitos, desde Ana María Matute a Margarita Salas o Icíar Bollaín hasta artistas como Cristina Iglesias, políticas de primer orden, mujeres del movimiento feminista... Eran tantas que me resultaba muy difícil quedarme con una, pero no por minusvaloración, sino porque el panorama es tan rico que pensaba que iba a ser complicado incluso decir por qué había elegido a una y no a otras...
P.- En Libres retrata a mujeres valientes, comprometidas, ejemplos a imitar. ¿Y si le pidiera el nombre de nueve mujeres a las que nunca habría que seguir?
R.- Eso ya cada una que se autorretrate. Yo no le voy a dedicar energía a eso. Claro que hay hombres y mujeres que son el anti ejemplo, pero no porque sean el contrahéroe sino simplemente porque no te parece que sean personas a las que hay que prestarles atención.
P.- En la televisión aparece alguna...
R.- Sí, sí, aunque en la televisión también tenemos a mujeres espléndidas.
P.- Y los mayores consumidores de telebasura son mujeres...
R.- Hay bastantes estudios de por qué ven la televisión las mujeres, sobre cómo son los melodramas y las telenovelas y por qué enganchan.Están pensados para mujeres que han tenido pocas posibilidades en sus vidas y se dejan atrapar por unas imágenes que no redundan precisamente en beneficio de ellas mismas. Muchas veces también hay un componente de evasión. Pero no se trata de reñir ni devaluar a nadie.
P.- Si ahora fuera ministra, ¿habría aparecido en la foto de Vogue?
R.- Yo no le dedicaría más tiempo a ese asunto. Lo importante es que haya un gobierno paritario. Es una promesa que hizo José Luis Rodríguez Zapatero respondiendo a los anhelos y a las reivindicaciones de muchas mujeres, de muchos partidos... No estoy en contra de que se hayan hecho las fotografías. Ha habido momentos en los que las mujeres se tuvieron que vestir de hombres para acceder a los espacios del saber y del poder y luego ha habido una especie de intento de uniformización y han querido que fuéramos vestidas de progres o de señoritas o de no sé que... Se trata de que cada persona pueda tener su propia estética. Nadie es perfecto y a lo mejor hay detalles en esa fotografía que hubiera preferido que no estuvieran...
P.- ¿Se refiere a las pieles?
R.- Sí, pero creo que la visualización de las mujeres en el poder es algo importante, porque es la realidad y están ahí. Lo importante es lo que hagan, su preparación, su capacidad. Como decía un amigo mío valenciano: «Lo importante es el BOE no el Vogue, con independencia de que el Vogue sea importante. ¿Por qué las ministras no pueden aparecer en revistas que leen las mujeres y los hombres? Es un modo de entrar en contacto con la sociedad y, además, en las entrevistas hablan de sus programas, de sus proyectos. Pero, ya digo, a lo mejor algún detalle se podía haber eliminado.
P.- También causó revuelo la chaqueta de cuero de Trinidad Jiménez.¿Por qué se mira tanto el vestuario de las políticas?
R.- Porque aún parece que resulte extraño que estemos en determinados espacios. Decimos por un lado que las mujeres cuando están en el poder o acceden a determinados sitios se masculinizan porque no hay referentes de otras mujeres, y, sin embargo, cuando hay mujeres que no se masculinizan en el sentido de la estética llaman la atención y entonces hay un intento de devaluación.Muchas veces no es que tú seas una frívola, lo que es frívola es la imagen que hay sobre ti. A veces por pura misoginia, porque en la sociedad hay mucha misoginia. Me refiero a estos intentos de devaluación de tu trabajo que consiste en fijar la mirada en un aspecto que no tiene nada que ver con tu labor.
P.- Usted tuvo el privilegio de acceder a un ministerio cuando no era tan habitual que lo ocupara una mujer. En los 14 años de gobierno de Felipe González sólo hubo cinco ministras...
R.- En el gobierno de Suárez fue Soledad Becerril, que fue la primera. Y con Felipe González hubo primero dos y luego tres.
P.- No hace tanto tiempo para que fueran tan pocas las mujeres...
R.- No, pero yo creo que es el síntoma de la evolución de este país, una evolución muy impulsada, y aquí no es que haga propaganda política, porque hubo la demanda y exigencia dentro del partido socialista de la cuota del 25%.
P.- Hablando de Felipe González, ¿los pendientes que lleva no serán diseño suyo?
R.- Estos los compre en Sicilia, pero le he visto alguno a Carmen Romero, y alguna vez me ha dicho: «Ya te regalaré algo».
P.- ¿Tiene ya pensado su próximo título?
R.- No. Siempre que termino un libro digo «éste es el último, de verdad» porque me quedo muy exhausta. Queda hacer uno que se llame Mujeres Exhaustas.
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