LA COMIDA Y LA SUBSISTENCIA COTIDIANA
"Cada minuto del día que estoy despierta estoy preocupada pensando cómo voy a alimentar a mis ocho hijos. Lo peor que le puede pasar a una madre es no poder alimentar a sus hijos" dice Saeda Bani Dana, de 32 años, de Bartela, Moslul. "Ya no comemos carne nunca. La última vez que trajimos carne a casa fue hace un mes, cuando vino un pretendiente a pedir la mano de mi hija. Preparamos un pollo para él. Su familia y él se lo comieron todo y el matrimonio ni siquiera se acordó... ¡al día siguiente comimos sopa de huesos de pollo!" dice Shiham Al-Kader, de 48 años, de Safwan, Basora.
La comida se ha convertido en la principal preocupación de la mayoría de las mujeres iraquíes. El modo de alimentarse de las familias iraquíes se ha visto gravemente afectado. Las dos formas principales de suministro de comida son las raciones alimenticias del gobierno y el mercado libre, conocido como "mercado negro".
Cuando se impusieron las sanciones, el gobierno iraquí emitió cartillas de racionamiento para cada familia. Con estas cartillas, cada miembro de la familia tiene derecho a una ración idéntica al mes de productos básicos como trigo, arroz, azúcar, té y aceite para cocinar. A veces se distribuye también otros productos como lentejas, productos perecederos, o cuchillas de afeitar. Este reparto público se ha convertido en el único sustento de la mayoría de las familias iraquíes.
En general las raciones suelen durar de diez a quince días y el resto del mes las familias tienen que comprar en el mercado. Desde agosto de 1990 el precio de los alimentos ha aumentado de un 15 % a un 20 % de término medio y el precio del trigo ha subido casi 50 veces. Muchas familias dependen totalmente de las raciones y de la caridad para sobrevivir. Este es el caso sobre todo de las familias de mujeres viudas, divorciadas y abandonadas.
En lo que se refiere al consumo de alimentos, hay muchas diferencias entre las regiones del sur, norte y centro de Irak. En el sur es donde la situación es peor, espacialmente en Basora. A mayoría de las familias del sur se alimentan de pan y a veces de verduras de temporada, como okra, tomates, patas y berenjenas. En la mayoría de las casa no se ha vuelto a comer carne desde que empezó la guerra. En algunas zonas se tiene que comprar hasta el agua potable y a precios muy altos.
En Bagdad la situación es distinta: algunas familias logran cubrir las necesidades básicas, pero han cambiado sus hábitos alimenticios, por ejemplo, la dieta se constituye básicamente de tortas de trigo caseras y de verduras de temporada. En otras zonas donde los ingresos son más bajos, como en Saddam City, la situación es tan mal como en el sur, la gente se alimenta de pan y a veces, verduras y ya no se consume carne, mientras que antes se solía consumir dos veces por semana.
La situación en el norte es diferente. En general la situación parece mejor en esa zona. Muchas personas tienen tierras de cultivo y eso les ayuda a subsistir. En las casa se suelen hacer tortas de trigo que sustituyen al arroz. Sin embargo allí en el norte, las personas que tienen ingresos bajos están iguales de empobrecidas que en otros países. Los kurdos por ejemplo han tenido graves problemas para alimentarse en su huida a las montañas.
Las mujeres a las que entrevistamos afirmaron que hasta que llegó la ayuda de emergencia tuvieron que alimentarse de agua hervida y tortas de trigo. Después de dos meses en las montañas miles de kurdos siguen viviendo en los campos de refugiados y en refugios dispersos. Los que han regresado a sus pueblos se encontraron con que sus casas y propiedades habían sido robadas o saqueadas. Aunque ahora la situación es mejor, sigue siendo frecuente la desnutrición, especialmente entre los niños. Esto en parte se debe a que en muchas zonas del área kurda donde el gobierno no tiene un control total no funciona el sistema normal de distribución de comida (el sistema de distribución de comida organizado por la ONU compensa sólo en parte esta carencia).
En general, los problemas relacionados con la comida se han convertido en el principal medio de interacción entre mujeres. Eso se debe a que el ocuparse de la comida de la familia es la principal tarea de las mujeres. Su impotencia para solucionar estos problemas es algo que les hace sufrir enormemente. Resultó interesante comprobar que en general, la mayoría de las mujeres tomó conciencia de la política internacional respecto a Irak debido a las sanciones económicas, que para ellas eran la causa principal de su situación.
"Soy viuda y tengo siete hijos. Recibo una pensión de mi último marido de cien dinares al mes. Cada mes pago setenta de alquiler. Antes cosía para mis vecinos, pero ahora ya nadie cose. Mi hija murió en Basora bajo las bombas de los aliados. Ahora yo me ocupo de sus dos hijos, porque su padre es soldado. El dueño de la casa me quiere echar. Viene a amenazarme dos veces al día; dice que quiere vender la casa o subir el alquiler. He tenido que vender todo lo que tenía ¿qué puedo hacer, vender a mis hijos? Dice Kamila Alí, 40 años de Saddam City, Bagdad.