EL IMPACTO DE LA CRISIS DEL GOLFO SOBRE LAS MUJERES DE IRAK
Bela Bhatia, Mary Kawar y Mariam Sharin. Este trabajo forma parte del estudio "Health and wealfare in Iraq after de Gulf crisi. An in-depht assessment" volumen editado en Londres por Medical Action for Global Security MEDACT y que reúne ocho informes temáticos en los que 87 especialistas de distintas nacionalidades, integrados en el International Study Team on the Gulf Crisis, presentan sus conclusiones sobre la situaicón actual de la población iraquí. Del informe se han omitido las partes metodológicas. Traducción de Beatriz Morales, CSCA.
La sociedad iraquí soporta gracias al esfuerzo de las mujeres las graves consecuencias de la guerra y las sanciones.
Los resultados del informe demuestran que el pueblo iraquí es víctima de un proceso continuo de empobrecimiento. Las sanciones económicas han provocado un fuerte aumento de los precios, desempleo masivo y una drástica reducción de los salarios reales. El 55 % de las mujeres entrevistadas afirma que tuvieron que vender sus joyas y otros bienes cuando se les agotaron los ahorros; un 40 % está fuertemente endeudado. Algunas han acabado prostituyéndose y mendigando. Los sectores más vulnerables de la población femenina, como las viudas, las mujeres abandonadas y las divorciadas, han sido los más afectados.
Las sanciones, unidas a los daños que ha causado la guerra en la infraestructura eléctrica, de aguas y sanitaria, han tenido un efecto perjudicial sobre la mortandad infantil y la salud de las mujeres. Según los ginecólogos ha aumentado significativamente el número de abortos y de niños que nacen con bajo peso. La mayoría de las pacientes que ingresan en los hospitales padece anemia grave. Sólo se hacen operaciones de urgencia y hasta incluso las cesáreas se efectúan con un mínimo de anestésicos. La falta de control eficaz de la natalidad ha hecho aumentar el número de abortos, que muchas veces acaban con la muerte de la madre.
Debido a las penalidades físicas y psicológicas, el 57% de las mujeres entrevistadas tiene problemas de salud, incluyendo síntomas psicosomáticos como insomnio, pérdida de peso o dolores de cabeza. El 80 % de las mujeres entrevistadas afirma que las duras condiciones actuales han añadido cargas adicionales a sus ya considerables responsabilidades domésticas. Debido a la escasez de electricidad, combustible y agua, las mujeres se tienen que ocupar cada día de conseguir agua y madera para sus familias. En casi todos los hogares la comida es escasa, lo que prodruce desnutrición y limita además la capacidad de las mujeres para aprovisionar a sus familias.
Estas cargas domésticas adicionales ocupan todo el tiempo que pudieran tener libre las mujeres antes del conflicto. Mientras que el 74 % de las mujeres entrevistadas afirmaba que las tareas que hacían los hombres en la casa no habían cambiado, en el informe quedó claro que las mujeres no sólo eran responsables de casi todas las tareas domésticas, sino también de la estabilidad de la unidad familiar.
Muchas mujeres afirmaron que sus hijos suelen tener pesadillas y que sus maridos están irritables, algunas de ellas sufrían depresiones, en especial, aquellas que habían perdido algún familiar durante la guerra. La vida del pueblo iraquí se ha convertido en una lucha cotidiana por satisfacer las necesidades básicas, en especial, la de alimento. Son las mujeres las que llevan la peor parte y las familias iraquíes les deben en gran medida su supervivencia.